sábado, 26 de mayo de 2007

MI FAMILIA Y YO por Antonio Nascimento Thomas






















En esta entrada quiero contar un poco de mi vida y la de mi familia. Desde el año 1888 mi familia se ha radicado en Venezuela. Mi bisabuela llegó en uno de esos barcos antiguos provenientes de Barcelona España, allá eran dueños de dos confiterias, una de ellas en el carrerdel Carmen cerca del mercado de la Boqueria y una pequeña sucursal al comienzo del paseo de Gracia. La bisabuela que había quedado viuda con tres hijos decidió casarse después de algunos años con un sr que también tenía confiterias, y cómo él quería abrirse camino en America. Lo vendieron todo y se fueron a Venezuela. Juan que era el nombre del marido de la bisabuela se vino primero a Caracas, para buscar local, casa e ir buscando algunos empleados

Abuelita me contaba que le dolió mucho separarse de su casita de muñecas que era un mueble como un aparador de cristal que tenía compartimentos con habitaciones. Ella aunque tenía 15 años aún se sentía niña y jugaba con muñecas. Recordaba que se quedó mirando fijamente desde el barco hacía la estatua de Colón hasta que esta desapareción de su vista


Un día,al amanecer, fue ella y su hermano Enrique quienes dividaron las costas venezolanas, mientras, Pepita y mi bisabuela Catalina aún dormían en su camarote.
Según abuelita, la visión del puerto de la Guaira eran cuatro casuchas, muchos negritos de un lado a otro y un calor sofocante. Decía, que su mamá les mandó a poner unas cremas para que no se quemaran demasiado con el sol y que no se quitaran sus sombreros para nada y no dejaran de usar sus sombrillas. Para abuelita, aquello era de una emoción indescriptible. Me contaba que ese día iban todos de estreno. Su padrastro Juan las fue a buscar en un bote hasta el gran barco. Una vez en la costa, se trasladaron en coche a un hotel pequeño de la Guaira, para subir en la mañana en el tren hacía Caracas. La mamá de abuelita estaba disgustadisima con su marido, pues aquel lugar le parecía horrible. Decía: Pero yo estoy loca haber salido de Barcelona para meterme en este horror polvoriento y caluroso, tan primitivo. Pero su marido Juan le decía: Pero Catalina ya veras Caracas no es así,es diferente, es otra cosa, he comprado una casa muy bonita, en todo el centro. Pero abuelita me contaba que su mamá no dejaba de llorar y lamentarse. Ese día después de refrescarse en el hotel, se fueron a comer a Macuto, tomaron un pequeño Tranvía y se internaron en aquel bosque tropical salpicado de casitas que era Macuto, allí, frente a la playa de Macuto comieron al aire libre, en unas mesitas bajo los árboles y en la sobremesa se fueron en una calesa hasta punta brisas, para admirar la montaña; casi, en el mismo lugar ,donde muchos años más tarde tendríamos una casa y vivíriamos tantos años, incluso ella ya muy mayor.

Esa noche en la Guaira llovió a cantaros con fuertes truenos y relámpagos,pero al día siguiente en la mañana el amanecer lo tiñó todo de rosa y vieron ascender un sol radiante. Ese día, abuelita probó las arepas por primera vez y desde ese instante fue uno de sus platillos preferidos, asi como de los dulces de coco y el majarete.



Después, muy temprano tomaron el tren rumbo a Caracas según abuela era como de juguete y se encaramaba por unas montañas altísimas con unos precipicios de vertigo y, otras veces, la vía se llenaba de neblina y luego transitaba por un espeso bosque tropical. Ese día, se ensuciaron un poco con el ollín de la maquinaria. En una de las curvas abuelita divisó aquel idílico valle con multitud de techos rojos, allí estaba, la Caracas de los techos rojos, esa, que tan bien conoció la abuela.


Al llegar la estación, el tren se rodeo de humos y varios muchachos se acercaron a ayudar con el equipaje vestidos con trajes grises y gorras, eran los maleteros. Todos gritaban se lo llevo, sr se lo llevo. Después, montamos en un coche y Juan nos paseo por Caracas, era muy pequeña, pero tenía un encnato especial, contaba la abuela, A la mamá de abuelita le gustó mucho el clima de Caracas, desde luego lo preferia a la Guaira, pero no le parecía nada especial. Abuelita estaba encantada y siempre amó a Caracas como una caraqueña más.
La casa que habían comprado estaba en Altagracia, al igual que la panaderia confiteria que estaba en una esquina. La casa era amplia con tres ventanales y tres patios y un corral.
He colocado algunas fotos de Macuto, del tren, de Caracas en 1890 ya que no encontré de 1888 y la foto de mi bisabuela; abuelita Montse que esta a la izquierda y su hermana Pepita a la derecha, esta, fue una de las mujeres más bellas de Caracas y pronto les contaré una historia de ella. Allí abuela tenía 15 años y su hermana solo once años, aunque parece mucho mayor, y claro esta, ya qué,se montó en una pequeña tarima, pues siempre quería parecer más alta, aunque una vez concluido su desarrollo fue una mujer muy alta y bellísma.
Hoy dejo hasta aquí la historia, pero pronto continuaré

comentario de mis pinturas y mis libros

Estas pinturas la mayoria han sido pintadas en pastel, como veis mi estilo es un tanto particular, es muy imprtante el color y la forma, los volumenes insinuados, diriase que son ilustraciones infantiles, nos llevan a un mundo de fantasia y ensoñación, con peronajes extraños a medio camino entre la realidad y la ficción. tambien quiero hacer una añadido sobre algunos cuentos que he escrito, el primero fue uno sobre Un personaje que vivía muy cerca de mi casa Armando Reverón. Él se había construido con piedras una especie de pequeño castillo donde vivía feliz pintando en Macuto un pequeño y encantador pueblito de la costa venezolana el cual habité durante mi niñez y amé profundamente. La vida de este hombre es desde luego algo muy especial ya os dejaré el cuento. Luego he ganado un concurso de poesía en Asturias siendo primer finalista, en el pueblo de Santa Rita de Cardoso. Un cuento muy especial se denomina El VIAJE. y está dedicado a un entrañable amigo mío que ya no está entre nosotros, el querido Hector López, es un viaje al más allá descubriendo que existe un lugar de paz adonde todos llegaremos un día. Otro de mis cuentos se desarrolla en un pueblo del mediterraneo, es sobre dos ancianitas que cuentan su vida disipada en París y luego retornan a su pueblo para calmar los ardores de solamente los solteros próximos a casarse y a los viudos, se llama el cuento LAS ROSAS DE PONIENTE, Otro es NIEBLA Un día un hombre ve una niebla esa niebla es la locura y lo internan en un manícomio allí aprende que la línea entre la cordura y la locura esta muy cerca. Y asi varios cuentos más y ahora escribo mi primera novela que espero próximamente publicar Pronto pondré algunos de mis cuentos para que podais disfrutarlos